lunes, 14 de febrero de 2011

No sois Cultura

¡Qué bien habla la jodía! ¡Que bien suenan las palabras que emplea! "La democracia de Internet", "que nadie mande sobre las ideas de nadie", "recuperación económica" (¡toma ya, la salida a la crisis estaba aquí!), "convivencia de todos lo derechos", "más justicia"... ¡Qué bien hablas!

Aunque la González-Sinde olvida algunas cosas.

Olvida, quizá a propósito, que Cervantes fue un hombre pobre, que pasó todo tipo de penurias. No tenía el dinero de Bisbal, o el de la propia Ministra, ni el dinero de a quienes pretende "defender" esta ley. Pongo "defender" como eufemismo de "beneficiar". Comparar a sus protegidos con Cervantes es como comparar a ZP con Pablo Iglesias, un despropósito.

La ministra olvida que Cervantes escribió el Quijote en la cárcel. Y uno va a la cárcel, ahora y en 1604, por saltarse los límites de la ley. Por tanto, no es Cervantes alguien válido como ejemplo de legalidad. Cuando pone a Cervantes como ejemplo, y más aún el Quijote, dentro del marco de la legalidad, lo que hace es invitarnos a saltarnos la ley. Una cosa es que Cervantes fuera un buen escritor, genial escritor, cosa que no se pone en duda, y otra, bien distinta, que fuera buena persona, cosa que no se sabe. Desde luego, lo que no era, y de eso hay constancia, es legal. De hecho fue a la cárcel por un delito que ahora llamaríamos con un nombre de esos tan monos que hay en la jerga judicial tipo "apropiación indebida", o similares.

El caso es que Cervantes era un hombre pobre que fue a la cárcel por robar. Es decir: se saltó la ley para poder comer. ¿A quién me recuerda, pues, el autor del Quijote? Ah, sí, a esos negros que están en la calle vendiendo CDs y que sus policías persiguen y encarcelan. Sí señora ministra, Cervantes, a quien usted, usted y no yo, pone de ejemplo, actuaba de forma parecida a los top-manta a los que usted, usted y no yo, persigue y encarcela.

Pero seamos bienpensantes y creámonos que todo esto ha sido un olvido. Y digo olvido, no ignorancia, porque la ignorancia es algo muy grave en alguien que ocupa un cargo ministerial.

Donde miente la ministra es en decir que Cervantes publicó la segunda parte del Quijote por piratería... No es cierto. Cervantes escribió la segunda parte porque empezaron a salir distintas versiones de la secuela (utilizaré términos del cine para que me entienda) del Quijote. Es decir: la gente NO empezó a copiar ilegalmente, y sin pagar derechos de autor (pues "el maravilloso invento de Gutenberg" no era precisamente asequible para el ciudadano de entonces), que es a lo que usted llama injustamente "piratería" (y Mark Twain no es justificante de nada). Lo que ocurrió fue que algunos autores empezaron a escribir sobre el Quijote para beneficiarse del tirón que tenía la obra. Y aquí aclaremos una cosa: No fue el pueblo – a quienes ustedes criminalizan llamándolo "pirata" por hacer copias – sino los propios autores – a quien usted llama "gente de la cultura" – los que se pusieron a escribir las segundas partes del personaje de otro. Fue esa una guerra entre la propia "gente de la cultura", a quien, por cierto, el propio Cervantes ya atacaba al decir que su propósito con El Quijote era acabar con las obras de caballería.

Pero lo que dice al respecto de Cervantes no sólo proviene del olvido o la mentira, sino que, y esto es grave en un profesional del cine, es incapaz de imaginar una salida, un final apropiado para su argumentación. Al decirnos que Cervantes escribió la segunda parte del Quijote debido a la piratería, nos está diciendo justo lo contrario de lo que nos pretende argumentar: la piratería inspiró a Cervantes. Es decir, según su propio ejemplo, el suyo, la piratería no sólo no acabaría con el arte, sino que lo multiplicaría. Su propio ejemplo nos demuestra que todos los augurios apocalípticos que nos han contado al respecto de la muerte del arte y el subsiguiente fin del mundo, son mentira. Usted, y no yo, es la que lo ha demostrado.

Y yendo aún más lejos con el mismo ejemplo, el suyo, resulta que Cervantes tuvo más coraje, más capacidad de trabajo y más arte, que en definitiva es de lo que se trata, que todos ustedes juntos, al acabar a base de oficio con el problema que se le había planteado. Si ustedes se parecieran un poquito, sólo un poquito, a Cervantes (y no digo como personas, sino como artistas), lo que de verdad harían para acabar con "la piratería" sería películas que de verdad mereciera ir la pena a ver al cine. Eso es lo que hizo Cervantes, a su manera. ¿Por qué no intentan hacer algo parecido? Quizá, y esto siempre planea como telón de fondo, porque los cineastas españoles, salvo alguna excepción, no son tan buenos profesionales como Cervantes.

Porque, no os autoengañéis los cineastas españoles, la sempiterna crisis del cine español no se debe a que Hollywood presiones para que les compren las películas por paquetes, ni tampoco a que los españoles seamos unos piratas. El problema del cine español es que ha pasado, directamente, de la censura franquista a la censura progresista. Antes, todo lo del régimen era bueno y lo demás malo, y si algo iba contra esto se le pegaba un tijeretazo. Ahora, todo lo que no sea compatible con la moral del PSOE y sus memorias históricas, no llega ni a ser producido. Mientras el cine español siga estando distanciado del pueblo, el pueblo no pagará por ver españoladas.

Además, cuando alguien se descarga una película en Internet... ¿qué os hace pensar que se está descargando cine español?

La ley Sinde(tener)-la-censura va en contra de un principio básico, que durante milenios se tuvo claro y que en los últimos tiempos parece haber desaparecido: El arte es del pueblo. NO del artista. Es en el pueblo en el que se inspiran los artistas, es el pueblo el que genera y transmite la cultura de la cual los artistas son meros reproductores. Los personajes que salen en las películas (incluidos E.T. o Légolas) están inspirados en la forma de ser de las personas que los autores conocen. Es decir: en la sociedad en la que los autores viven, la cual reflejan de un modo u otro, a veces de forma realista, a veces metafóricamente, a veces utópicamente, a veces fantasiosamente... En la sociedad misma, en el pueblo, es donde encuentra el autor el "material", la inspiración, para su obra. Pero además de ese, también hay un material objetivo: ¿Quién fabrica una cámara de cine? ¿Quién fabrica los coches que aparecen en el film? ¿Quién pica en la mina para extraer los minerales que luego se utilizarán en la fabricación de los ordenadores con que se mezclarán y retocarán las imágenes...?

No sólo el material (físico y espiritual) necesario en toda obra artística surge del pueblo. Las películas – como todo arte – van dirigidas al público. Y el público es el pueblo. Es decir: el artista sólo está en mitad del camino. El arte surge en el pueblo y termina yendo hacia él. Así ha sido siempre y así debe ser.

Y no sólo eso: los verdaderos artistas, los que viven PARA el arte (y no los que viven DEL arte), entre ganar más dinero y difundir más su obra.... eligen difundir más su obra.

Por otra parte, es una manipulación llamar "gente de la cultura" (expresión que usted repite machaconamente) a un grupito de artistas mercenarios que han demostrado repetidas veces que su mayor amor es el dinero (valga como ejemplo Almodóvar y su silencio cómplice e hipócrita en los Oscar cuando la guerra de Irak, el mismo Almodóvar que no dudó en leer manifiestos contra dicha guerra en España, porque sabía que eso le reportaría una buena imagen ante la opinión pública) y que no les importa, siempre y cuando les llenen el bolsillo, ser los esbirros de un gobierno que no duda en dejar a medio país sin empleo y que al mismo tiempo sube la edad de jubilación y endurece los requisitos para cobrar la pensión. Lo cual dice mucho de la honradez de dicho gobierno... y, por supuesto, de la de sus esbirros. Esos no son la gente de la cultura. Estos son a la sociedad lo que las pulgas a un perro. Empieza por "par...".

"Gente de la cultura" (si pudiera definirse así a un grupo determinado de la población, cosa que dudo) son: Todos aquellos que trabajan en la educación de la forma que sea: profesores de primaria, secundaria, bachillerato, universidad... también los bedeles y directores de dichas instituciones... así como los profesores de academias de verano, los profesores de música, los maestros de artes marciales, los profesores de autoescuela... y todo aquel que inculque algo que tenga que ver con la forma de pensar y/o de ser de las personas. También se podría calificar como "gente de la cultura" a los padres de familia ya que de lo que ellos hagan y dejen de hacer dependerá gran parte de la cultura de las próximas generaciones, tanto cuantitativamente como cualitativamente. Otro colectivo que se me ocurre es el de los sacerdotes y religiosos de cualquier doctrina, pues transmiten una forma de ser y pensar, una cultura. Por supuesto, no podemos olvidar a los músicos y artistas callejeros, esos que pasan la gorra tras cada actuación, para quienes la SGAE no sólo no es un aliado, sino en muchas ocasiones un enemigo... y podríamos seguir.

Que los artistas profesionales enriquecidos y serviles al PSOE se autoproclamen "la gente de la cultura", dejando fuera al resto del mundo, es una sinvergonzonería, una vileza del peor calibre. Eso sí, señora ministra, habla usted muy, pero que muy bien. También Hitler hablaba muy bien. De hecho, convenció a un país entero.

Por Anonymous

1 comentario:

  1. Genial artículo. Quién me diera poder expresarme tan bien, sobre en temas que me encienden y que acaban colmando mi boca con insultos.
    Yo personalmente siento bastante impotencia e indefensión ante la pila de mierda que están haciendo. Impotencia por las escasas alternativas y por la denigración absoluta de la constitución por parte de algun@s menestr@s, e indefensión por la falta de medios conocibles por un ciudadanillo de a pie para evitar este enculamiento multitudinario.
    Saludos.

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